MÁXIMO 120

Se conoce que cuando alguien excede de velocidad suelen " calarle" la multa de turno. A mi me acaba de llegar una, me pilló el rádar a la vez que me esperaban en la siguiente salida obligándome a parar. No hubo más remedio.
La consecuencia ha sido la pérdida de algunos puntos. Entiendasé que no estoy hablando en sentido literal, todavía conservo los míos, aunque en alguna ocasión algún pequeño susto me llevé.

Ser una conductora temeraria te aporta emoción y subida de adrenalina. La búsqueda de la velocidad es, en casos excepcionales, la búsqueda de la felicidad. Cuando una gusta de poner el turbo es porque siente que el vehículo lo permite. Corremos en Formula 1 y se necesita combustible para hacer menos paradas, aunque no siempre el que hace menos paradas es el que gana. Pura estrategia.

Cuando una corre demasiado, el frenazo puede ser impactante. Y ya que la velocidad es igual al espacio partido por el tiempo, me concedo el lujo de darme el espacio que pueda merecer con su correspondiente tiempo, porque éste, mi coche, es el que me da la independencia necesaria para poder moverme por las carreteras de lo cotidiano, incluyendo curvas propias y ajenas.

Y será entonces,  una vez recorrido varias veces el mismo circuito, cuando por fin pueda acelerar y conducir por el lugar oportuno incluso con los ojos cerrados con el deseo de que se agite la bandera verde.

Me examino en breve para ganarme la " L". Es diferente a llevar un monoplaza. Eso si, aparcar no es lo mio.

Sean prudentes en la carretera, en todos los sentidos y a todos los niveles.

Nos vemos en los boxes.