martes, 16 de agosto de 2011

MIRA POR DONDE VAS


Recuerdo cuando era pequeña , siempre bajo la protección de mis padres, que solía escuchar el sabio consejo " mira por dónde vas". Y lo recuerdo bien, porque casi nunca miro, quizás por imprudencia o por esa clara tendencia " kamikaze" a andar a tientas por la oscuridad de mis emociones o porque siemplemente hay a quien nos gusta tirarnos por el trampolín. No es cuestión de locura, es, más bien, que solemos ver la piscina medio llena.

Por supuesto ocurre lo mismo con la botella, que al verla medio llena.. me la bebo y pido otra. Un modus vivendi quizás para algunos de lo más imprudente e irresponsable. Procuro ver cualquier aspecto de la vida como una botella medio llena, de eso se trata al fin y al cabo. Miré por dónde iba y era tan recto el camino que el aburrimiento se apoderaba de mi incitándome a elegir otro, quizás con más piedras, baches, peligros.. pero, intentando abrirme nuevos horizontes que me hicieran vivir las situaciones con esa carga de intensidad que, sin saber a ciencia cierta el por qué, necesitaba.
Dudo que con el paso de los años se pierda la esencia. Ese gran consejo abarca un signifcado algo más complejo de lo que imaginaba. Que no se trata de mirar, sino de ver. Hay que ver por dónde va una y eso, a veces, no es tan facil.

Porque ya lo dijo un sabio de las letras llamado Shakespeare: "Nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con que se mira."..Y si, cierto es que todo es relativo, pero nadie nos dijo que hay cristales para ver y otros para mirar, depende de la mierda que tenga cada uno, hay que, de vez en cuando, limpiar la lente a fin de enriquecernos más bien que mirando por dónde vamos.. viendo. Y es que para mirar, hay que saber ver y muchos aun andamos ciegos en este menester. Y andar a ciegas a veces, resulta gratificante.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Recientemente estuve andando por caminos, dichos caminos se bifurcaban en dos en multitud de ocasiones a lo largo del día. Uno de ellos solía ser el indicado para mi medio de locomoción (la bicicleta) y el otro menos apropiado y más accidentado era por el que circulaba la gente que iba andando. Decidí desde el principio tomar el menos indicado pues el otro me hacía sentir un tramposo. Estoy muy satisfecho de haberlo hecho así, en el camino pedregoso conocí personas interesantes y de las cuales siempre absorvía cual esponja sus vivencias. Lo peor que te puede pasar es que tengas que retroceder y volver hasta la última bifurcación. Aún así habrá valido la pena. Las autopistas son predecibles, cómodas, seguras y aburridísimas.
¡VIVAN LAS COMARCALES!.

Marta Arrufat dijo...

Me ha encantado tu reflexión, muchisimo! y si.. VIVAN LAS COMARCALES!!

DéjàVu dijo...

Escribes muy bien! Gran trabajo! un besoo :)

Marta Arrufat dijo...

gracias déjàvu!

Angel dijo...

Interesante aportación, muchisimas gracias.
http://manualqustodian.blogspot.com
www.musicaybanda.com