martes, 16 de septiembre de 2008

TEMPUS FUGIT


La última vez que tuve treinta y dos años fue el domingo catorce de septiembre a las doce menos un minuto. Ayer cumpli treinta y tres y lo hice sin mirarme en el espejo obsesionada con la vejez, las arrugas, los kilos, etc. Quizás sea demasiado pronto para ello, pero es evidente que las personas vanidosas tenemos cierta tendencia a deprimirnos a causa de este tipo de frivolidades. Observé que las felicitaciones, en general, giraban en torno a una misma frase - y muy bien llevados-. Gracias. Todos eran bienintencionados y con mucho cariño. Reconozco que al mismo tiempo sentí que me hacía mayor, porque esa sentencia tan halagadora, justa o no, la suelo utilizar cuando me refiero a las maduras bien conservadas. Bien llevados los lleva la Moore, Demi para los intimos, que con bisturí o no se ha calzado una treinta y ocho, talla minoritaria, y un yogurín que quita el sentido. Bien llevados y tambien por el mismo motivo para la Loren y la Welch, pese al escuadrón de cirujanos que deben llevar conduciendo camiones cisterna de botox y ácido hialurónico.
Reconozco que esta bellezas no se colocan esparadrapo en la nuca que tiren de las arruguillas de la cara, estilo Carmen Sevilla, porque aunque es un remedio casero muy respetable, me quedo con las divas de la gran pantalla.
Vivimos en una sociedad en la que es típico ya decir, en cuanto se pretende realizar una análisis de la misma, que la imagen prevalece sobre muchas otras capacidades. Si, es cierto, pero no del todo. Hay presiones, queremos vivir a contrarreloj, nos hemos inventado a nuestro propio Dorian Grey vendiendo nuestra alma al diablo, entiéndase cualquier enfermedad que termine en - exia.
Mi intención es aprender a envejecer con dignidad, que cada pliegue que se forme en mi cuerpo diga algo más que lo que es. Que he vivido y que los años no pasan en balde, - tempus fugit, amiga, así que carpe diem-me dijeron una vez. Huyo del tremendismo, el mundo no se acaba mañana, pero quisiera aprovechar los momentos que me brindan con toda la intensidad que pueda. Quizás me haya perdido algunos instantes de importancia, pero pensaré en los que he ganado, momentos inolvidables, algunos con nombre propio.
Mientras tanto, seguiré frivolizando, de vez en cuando es bueno, pero sólo de vez en cuando, pues hay motivos más que suficientes para pensar que el mundo no está para frivolidades, aunque en ocasiones se utilicen a modo de evasión y en otras, de defensa.
Quiero mirarme menos en el espejo, sin pretender indagar en las canas que poco a poco surgen . Escucharé más a esa mujer que veo reflejada. Seguro que tiene muchas cosas que contarme.


Imagen extraida de www.dalequedale.com

12 comentarios:

Alejandra dijo...

Habemus Vanidosas!!!! uyyy ese sentimiento que has descrito es muy cierto... la inevitable y empecable fuerza de la gravedad, hace que todo se vaya para abajo... y hay que luchar contra ella y las arrugas y mantener el glamur al estilo Carmen Sevika en aquella milenaria Cera-virgen... nada amiga que si no fueramos mujeres no gritariamos... ¡habemus vanidosas!

un abrazo
Ale

Luna Carmesi dijo...

Jo...
Que envidia, estas en la mejor decada!
;-)
:-P

No por favor... Botox no!!!
Que alguien 'guie' a la Kidman por favor!!!

Besos.

Anónimo dijo...

La edad de Cristo, es la edad de Cristo...

Mírate al espejo y te dices "guapa!!!", que lo último que se debe perder es la autoestima!!!

Per molts anys!!! Petonassos!!!!

Belén dijo...

Somos como el vino guapa... ;)

besicos bien llevados

Marta Arrufat dijo...

Ale, habemus vanidosas pero solo un poco, la vanidad en exceso no es recomendable. Pero si, vanidosita.. abrazo.

Luna,
yo támbiñen creo que es la mejor década. Gracias por animarme!

Belén,
ya te digo! y si nos ponen a la temperatura adecuada... impresionante!
Muchas gracias. Se acabó la expo eh?

Marta Arrufat dijo...

Joan,
sólo que yo espero que mi vida no sea un cruz! en serio, es una edad maravillosa. Moltes grácies, petons!

Más claro, agua dijo...

Esa es la clave, Marta: la edad es una mezcla entre lo que dice tu espejo y lo que dice tu cabeza. El calendario sólo sirve para ver cuántos puentes festivos tendremos este año...

33 besos :-)

Marta Arrufat dijo...

Hola Eduardo,
me ha gustado la frase. La edad es una mezcla.. la usaré alguna vez porque es muy cierta. Y 33 gracias por estar!

diariodeunamujersola dijo...

hola princesa...no voy a enjuagarte mas las orejitas que seguro se puede comer en ellas estos dias...el tiempo cielo es muy relativo lo sabes...pero lo que realmente lo hace importante es lo que hacemos con el,las experiencias que vivimos...el tiempo que compartimos....las canas,las arrugas...la fuerza de la gravedad no significan nada...si no estan caragadas de emociones.. y tu...vives....sueñas....ries...lloras...estas fabricando todos tus recuerdos...entre pliegues y canas...y eso sera la fuente de vida de los tuyos mañana
besitos guapisima

Marta Arrufat dijo...

Lo has dicho todo tu, mujer sola. No debo añadir nada al respecto. Besos a tí también.

Anónimo dijo...

A los 33 hay quien ya era Dios.
También es cierto que terminó clavado en una cruz.

Marta Arrufat dijo...

Querido Fondo de Armario,
luego resucitó.