DE MAYOR QUIERO SER ANGELINES

Laura lo cuenta de forma distendida, pero dice que el susto.... No se lo quitó nadie. Cada cierto tiempo recibe la visita de su madre, una mujer ya de edad considerable que enviudó hace pocos años. Angelines es una mujer que conserva la lozanía de la joven mesetera que fue antaño. Una "chulapa" de los pies a la cabeza, producto quizás de su cercanía a las Ventas; Plaza monumental que imprime carácter y destila la majeza del diestro. "Pichi" que, si no le gustas y a la que te descuidas, te lo dice cantándote un chotis. Si le pareces fea a Angelines, te lo hace saber. Quizá no de forma tan ruda...Posiblemente, sugiriendo la posibilidad de " lo biene que te vendría" un arreglillo "por ahí". La señora Angelines, la madre, la que te trae el chorizo y el jamón del pueblo, convencida de que la hija pasa hambre durante sus ausencias, es divertida. - Mamá, de verdad, que esto parece una pelicula de Paco Martínez Soria- murmura Laura, bajito, para que no la oigamos.
Angelines se fué un dia con Laura a la playa. La joven tomaba el sol y la señora optó por dar un paseo, de esos que dicen que van tan bien para la circulación Por la orilla, despacio.
Laura dormía plácidamente, Angelines paseaba.
Cuando la hija despertó, de la madre no había ni rastro. Laura consultaba el reloj.. Más de dos horas desde que marchó....¿Pero, dónde demonios se habría metido esa mujer?.
Pasados unos minutos en los que intentaba calmarse - a ver, esto no me puede estar pasando a mi, dónde coño estará la Angelines!- mascullaba enfadada, como si ella fuera la madre y Angelines la hija " malacabeza".
Se dirigió a los socorristas que frecuentaban la zona. - Disculpen, ¿no habrán visto a una señora que se ha perdido por la playa? ... Es mayor, con un bañador verde y un sombrerito...-.
El socorrista le afirmó que en efecto, había una mujer que se había desorientado pero que, tranquilidad. Justo en esos momentos, la señora estaba dando un paseo con su compañero en el "quad".
Y efectivamente. Alli, a lo lejos, disfrutaba la doña, sentadita a grupa en la cuatro por cuatro, bien agarradita al gallardo. Encantada de comprobar que el chavalín, pese a no montar precisamente un caballo, tenía pinta de experimentado jinete. Angelines, como buena moza, de ladito.
Laura entre enfurecida y relajada agarró a la madre y marcharon a casa. La untó, literalmente, de crema " after-sun" a consecuencia de los intensos rayos de Lorenzo.
Per yo sé que Angelines, con la piel carmesí y quemada hasta las pestañas, volvió a ser joven durante ese momento.
Angelines, de mayor ¡quiero ser como tú!.


Imagen extraída de www.infantilyjuvenil.blogspot.com