A MI VIEJO

De viejo no tiene nada. Es un tipo muy joven con una energía que tumbaría a cualquier adolescente. Hoy mi padre cumple años. Y hoy quiero decirle sin esconderme y ante los ojos de todos que le quiero y admiro. Mi padre es un tipo duro que se esconde tras el ceño fruncido cuando calla y presiente la mala onda, pero calla, él calla. Mi padre es un tipo sensible, mezcla de corazón y lágrima, de esfuerzo y sacrificio, de disciplina y voluntad. Mi padre es un tipo grande, un ser enorme con boca pequeña que sólo habla cuando la sentencia se hace necesaria. Mi padre me ha enseñado, me ha mimado, me ha permitido, me ha apoyado en los momentos difíciles, me ha ayudado a levantarme cuando he caído. Mi padre me persigue con su mirada dejando huellas silenciosas tras de mí, él no quiere que me pierda. Me observa y se pregunta si hoy no tengo nada que contarle. Él sabe que sí, callo. Mi padre, ese hombre que respeta mis silencios, que sabe y hace que desconoce mostrando así el respeto a la libertad de la hija que crece y madura. Pero yo siempre vuelvo a él, al abrazo del fuerte, a la voz buscada a través de sus historias marcadas por anécdotas que cumplen el cometido de entretener y enseñar. Mi padre es, lo que yo quisiera ser para mi hijo.

Felicidades, viejo.