No es que no le guste jugar, es que para hacerlo hay que saber perder y no todo el mundo está preparado para ello. El buen perdedor es vocacional, algo así como el que tras varias tiradas acaba volviendo a la casilla de salida y no se desanima porque sabe que tan solo es un juego. El buen perdedor, el que sonrie tras el mazazo de la derrota es en realidad el que siempre sale ganando. Y es que la victorias, como la vida, son efimeras, van y vienen, se degustan al momento, pero su digestión puede llegar a ser pesada, en algunos casos puede provocar incluso gastroenteritis emocional.
El buen perdedor posee el no y va a por el si, siempre existe la posbilidad. El ganador, el que va a por todas y acaba en el calabozo, protesta, llora, despotrica.
No me gustan los derrotados, si, en cambio, los buenos perdedores. No llegan los primeros, pero siempre llegan.
8 comentarios:
A mí me gustan los que llegan a pesar de tener muletas. Incluso cuando llevan tornillos en la cabeza que les entorpece el pensamiento.
Me ha gusta.
Besos, ganadora!!!
Yo soy una perdedora modélica! Hago todo lo que puedo para ganar, pero si no puedo (cosa tristemente habitual, por otra parte), simplemente sonrío y pienso que hice todo lo posible. Al menos, la derrota jode menos con la conciencia tranquila. Peor es quedarse parado pensando que no luchaste, no?
Pues si, me gusta pensar eso de total, el no ya lo tienes...
Besicos
Lo importante es participar... salvo que juegues en Bolsa... ;-)
Lo importante es participar... salvo que juegues en Bolsa... ;-)
En los premios maritoñi, tú te votarías, estoy segura. Proponte!
Hay una frase que me encanta. es ésta: "perder, es lo más cerca que se puede estar de ganar".
Abrazos, paisana.
Yo suelo perder... no sé como me las apaño. Y, algunas veces tengo buen perder y otras... no tanto.
Saludos, Marta
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