martes, 27 de enero de 2009

SOFIA YA SABE CAMBIAR UNA BOMBILLA


Sabía que iba a ser duro, pero se sorprendió al percatarse de que no era tanto como esperaba. Sofía pasó unos dias envueltos de ocio y placer, buscando sonrisas ajenas a su vida, contando tristezas a desconocidos, no le importaba que supieran, pues sabía que jamás volvería a verlos.

Había llegado a casa después de haber reido a a carcajadas en el bar de moda, hacía tiempo que no reía de esa forma. No ahogaba sus penas en el alcohol, era consciente de su efecto contrario, las agudizaban y fortalecían. Solo durante ese instante, lo echó de menos. Ese momento no era válido así que, tras la tentación de llamarle a horas intempestivas y gracias al escaso sentido común que le quedaba, no lo hizo. Mientras se desnudaba, se convencía de que no debía refugiarse en la nostalgia provocada tras varias copas llenas de ilusión y en cierta forma curiosidad porque no la llamaba. Sospechaba que se lo estaba poniendo demasiado fácil y eso la soprendía. Queria creer que él estaba respetando el tiempo que le pidió pero su lógica le decía que demasiado bien lo estaba llevando a cabo.

Quizás las personas de nuestra vida no existan, o quizás si. Cada persona es " de nuestra vida" en el momento que forma parte de ella, que se la implica y se la convierte en cómplice. Hay varias personas de nuestra vida. Era el padre de su hijo y por lo tanto uno de los hombres más importantes de la suya. No más que es eso, que es mucho.

Recuerdos, pensaba en ellos y se odiaba sólo por hacerlo ,pues era regocijarse en el dolor cuando ella misma forzó la máquina para huir.No tenía ya ningún derecho a exigirle nada, pero para ella eso no era relevante, le preocupaba perderse el respeto a sí misma.

Fue a lavarse las manos y maldito el momento en que agarró la toalla, maldito porque olía a él y era como si estuviera allí.

A tí te digo que ojalá hubieras entendido a Sofía y ojalá ella hubiera entendido tu manera de ver la vida, tan diferentes.

No es que pensase que él era peor por ello, solo que Sofía prefirió vivirla de otro modo, con el cariño de su gente, con el abrazo del amigo sin celos ni rencores, por la llamada del colega que preguntaba si él estaba delante para evitar ofender.

Jamás miró a otro hombre, nunca le importó si la miraban a ella. Nadie la obligó a enamorarse, a pesar de la carga familliar que permanecer a su lado suponía, fue la mayor demostración de que quería compartir su vida con él. Asumió voluntariamente la responsabilidad de acoger a un niño que no sabía muy bien quien era ella y el papel que representaba en su vida. Y pasaron tantas cosas..

Sofia quiere seguir sola, con su pequeño. Sofia ya sabe cambiar una bombilla. Ya no te quiere. Ya no te necesita.

9 comentarios:

Caracola Light dijo...

Que complicadas son las relaciones. Me ha encantado Sofía con su máquina de huir. Ya que sabe cambiar bombillas, pues que le de puerta al otro.
Acabo de publicar también de relaciones tortuosas, he venido a leerte y me encuntro eso. Curioso.
Me ha gustado.

Landahlauts dijo...

Nada la detendrá a partir de ahora.

Me gusta, Marta.

Saludos.

Belén dijo...

Si es que a veces no sabemos decir lo que deseamos... que leches... si quieres es y si no, no es!

Besicos

Anónimo dijo...

Molt bo Marta!

Raúl dijo...

Y a mí que me da que conozco a la tal Sofia...
Besazos.

Anónimo dijo...

Genial, llega al alma. :)

Nandara.

www.nandara.wordpress.com

Más claro, agua dijo...

Ójala esa bombilla ilumine los días de Sofía y le haga ver con claridad su futuro ;-)

diariodeunamujersola dijo...

Sofia ha de conocer a la nueva ... a esa que sabe cambiar bombillas.. a esa que supo retener esa llamada... Sofia ha de pensar que recordar no es malo ... que recordar te ayuda a valorar lo bueno... porque lo malo hace mas ruido... pero lo bueno sienta mejor!!.. Sofia a de entender que tiene solo dos pies... y que debe descansar... Sofia sabe que ella puede cambiar bombillas... sabe que puede caminar en soledad... pero llena de compañia....
besitos

Anónimo dijo...

Me ha gustado y, bueno, te seguiré la corriente...

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado