JUANITAS DE ARCO

Mujeres vivas, apasionadas, convencidas de que ante las injusticias es necesaria la protesta, luchadoras porque sí, porque forma parte de su personalidad. No son oscuras, están vivas, tienen sangre en las venas, más roja carmesí que grana oscuro, que gritan, que defienden al débil y muchas veces por ello salen mal paradas. Algunas lloran entre las paredes de su intimidad, otras lo hacen sin esconderse, algunas son atacadas injustamente pero nunca se arrepienten del paso dado. Juanitas de Arco que buscan el momento de decir NO cuando la negación es justa. Juanitas que con su mirada fija ante la mala leche del contrario no mueven ficha, quietas, sin mueca alguna que se precie. Las Juanitas son la palabra convertida en acción, sin santos que medien, sin divinidad, y, a veces, sin armadura.
Se lanzan a la batalla sólo porque creen en la victoria, seguras de que ganarán, porque debe ser así, porque no puede ser de otra manera. Pero ellas son vulnerables, hay espadas de doble filo que encuentran el lugar donde no hay armadura, donde la carne es carne y como tal, susceptible de ser herida. Las Juanitas de hoy en día luchan en sus guerras cotidianas, cuando una amiga llora, cuando está perdida, cuando necesita el apoyo del fuerte porque se entiende que es más debil.
Juanitas que van de fuertes ,pero ,solo por eso, a veces caen y entonces buscan a su Juanita, a su paralela, a la que la levantará aunque eso pueda suponer su caída. Y es que estas Juanitas son así, nacen y no se hacen.