miércoles, 10 de septiembre de 2008

ÉRASE UNA VEZ EN EL ALBERGUE D´ARTAGNAN



Matias y Conguito guardaron durante cerca de veinte años en secreto esta historia. Se prometieron mutuamente no contarla hasta pasados muchos años. El otro dia, en una agradable cena, Matías decidió amenizarnos la velada contando lo que les ocurrió en París. Una juventud loca a la par que intensa, llena de anécdotas que llenarían tantas páginas como para escribir una novela. Matías y Conguito decidieron ir a París en un época en la que ni yo misma, hubiera reconocido a Matías. Con el pelo largo y una barba a lo " beach boy" iban y él y su amigo haciendo de las suyas. Astucia, riesgo y atrevimiento rodeaban siempre a los protagonistas. Decidieron acudir al Mouline Rouge, sin abonar el importe de la entrada. Para ello, falsificaron dos acreditaciones de prensa y se hicieron pasar por dos periodistas procedentes de Sudamerica. Así se adelantaron contándoles a los amigos la gran hazaña parisina. Con voz siempre entonada a lo " cultureta" dando a entender su interés por el espectáculo que allí se daba , se la colaron enterita al encargado que los trató como reyes. Los puso en una de las mejores mesas, en zona vip, el mejor champagne, por supuesto, de gratis. Una vez salieron del famoso Mouline, se toparon con algo inesperado. Matías comentaba que no se lo podía creer,- una tia espectacular, encima del capó de un cochazo, en plan anuncio, con las piernas cruzadas así como muy sexy no paraba de mirarme, yo el dije a Conguito que la tipa quizás quería algo más, pero Conguito me bajaba a la realidad diciéndome que estaba loco-. Tras la descarada mirada, la chica los invitó a tomar algo a otro de los locales más " in" de la noche parísina. Conguito, siempre reticente, asumió que quizás su amigo tenía razón. La bella mujer llamó al chófer y así marcharon convencidos de que les esperaba una noche repleta de lujuria y buen beber invitados por la "sex bomb" que aparentaba llevar una lujosa vida. LLegaron al local, Ernesto, el chofer, los dejó en la puerta. Entraron con ese aire chulesco de niños seguros de sí mismos, de jóvenes que tras la barba aún esconden ese tierno toque de ingenuidad evidenciando lo que aun les quedaba por recorrer. - Saquen más champagne, por favor- añadió la bella mujer.Y así, botellas y botellas hasta cegar a estos amigos que no se percataron de que la mademouselle había desaparecido en el momento de solicitar la cuenta. Conguito, se tocaba los bolsillos- ¿ tú llevas pasta para pagar esto Matías?- preguntó un Conguito que en esos instantes ya intuía la situación. - No sé, miraré a ver si con esta tarjeta de emergencia podemos hacer algo... esto... Conguito, llamemos al encargado-. Sorprendentemente salió Ernesto, el chófer. Atónitos, Matías y Conguito tratron de explicarle que ellos estaban invitados por la señora, que no llevaban para la cuenta. - ¡Juliette!- espetó algo agresivo la mole de Ernesto- pero, pero ustedes... ¿en que hotel se hospedan si son tan amables?-interrógo desconfiado. Conguito, de repente, y agarrando la poca dignidad que en esos momentos creía perder le dijo a Ernesto- ¿ nosotros?, ¡nosotros nos hospedamos en el albergue D´artagnan!!-. No era la respuesta que el tipo esperaba. - ¡ Juliette, sal!- y salió la bella Juilette tras las cortinas con cara de no haber roto un plato.- ¿ Pero que mierda de gente me traes al local?, fuera, fuera de aquí!- .Y así, esa noche que parecía ser prometedora, pasó a ser una madrugada caminando bajo la lluvia de la capital francesa, las rodillas empapadas y las gotas de agua mojaban sendas barbas a la vez que hacía añicos la ilusión de los jóvenes que por un momento se imaginaron minutos rebosantes de sexo bajo una susurrante voz que pronunciaba " je t´aime". - Conguito- le decía Matías mientras volvían- júrame por lo que más quieras que esto no se lo contamos ni a Dios-,- descuida compañero, por mi honor que no-. Y así Paris, se iba desvanenciendo en sus sueños cuando descansaron en las literas del albergue. Les contaron a los amigos que la casa de la diva era impresionante, la describieron exhaustivamente, contando detalles que ni siquiera siendo verdad hubieran deparado en ellos. Después de veinte años se descubrieron por propia voluntad. Todavia suenan carcajadas.

12 comentarios:

Más claro, agua dijo...

En todo caso, estuvieron en París, entraron gratis al Molino y bebieron, también gratis, champán a espuertas. Sólo la rubia les salió rana. Que les quiten lo bailaó :-)

Luna Carmesi dijo...

:-(

MIs aventuras parisinas estan muy centralizadas en sus aeropuertos...

:-O

Mi dijo...

Este relato tiene una moraleja tremenda!! Además de ser muy divertida la historia. Me gustó mucho como vas hilando situaciones, pero más que eso, los nombres de los personajes. Me enamoré de Conguito!!!!

Excelso, Marta. Un placer tremendo haber paseado por tu blog. Un abrazo.

Mon

Belén dijo...

jajajajaj, cuando estaba en la carrera falsificábamos las entradas a las fiestas para beber gratis hasta que nos pillaron y jamás hemos vuelto sido admitidos jajajajaj

besicos

JP dijo...

jajaj que buena historia !
divertida .

Alejandra dijo...

ESO LES PASA POR ANDAR DE RABOS VERDES JAJAJAJA, BONITA HISTORIA, Y LA GRACIAS QUE ME DA QUE UNO DE TUS AMIGOS DIJO...PROMETEME QUE ESTO NO SE LO CONTAREMOS NI A DIOS... Y YA ESTÁ PUBLICO EN TU BLOG
JAHAHAHAHA


PERO COMO DICEN POR AQUI, LO BAILAO, QUIEN SE LOS QUITA? POS NADIE JAJAJAJAJA

ENHORABUENA

Marta Arrufat dijo...

Eduardo, hola,
totalmente de acuerdo. Si un dia mi amigo me da permiso, como me dio permiso con esta historia, contaré cuando toda la pandilla tenía 20 años y como fingían la pérdida de las maletas para que les dieran indemnizaciones. Ahora eso ya no se puede hacer, pero tenían un morro... te caería muy bien este tipo, estoy segura.

Luna,
pues para cuando la historia.. veo que tienes mucho que contar. Besos

Belén,
ya te digo! o cuando intenatabas pasar los cuños de las discotecas de piel a piel convencidas de que quedaría igual o preparadas para decirle al segurata que se te había borrado del sudor el cuño. Vaya tela..

Jp,
muchas gracias!

Ale,
gracias, cuando la contó, le pedí permiso para contarla aquí cambiando nombres. Y lo que te dices, que les quiten lo bailao!

Más claro, agua dijo...

Pues sí, Marta. Por lo que cuentas, seguro que me caería bien y seguro que me apuntaba a hacer pifias por esos mundos... Eso sí, siempre que tú vinieras como Notaria Mayor del Reino para dar fe y testimonio de nuestras andanzas :-)

Marta Arrufat dijo...

No te quepa duda, que me apunto!

Marta Arrufat dijo...

A mi qué me cuentan,
muchas gracias por tu valoración, si es que un hombre llamado Conguito... te lo imginas así como tierno,más timido... bueno,tiene su punto verdad? me alegro que te haya gustado. Saludos

Landahlauts dijo...

Pues no es una mala experiencia. Sobre todo vista al varios años vista...

Saludos, Marta!

Marta Arrufat dijo...

Es que ya te digo que él es una experienci andante. Saludos, Landa!