DESAMOR Y CONCUPISCENCIA

Desde hace algún tiempo sólo quiere huir. Ya no habla con ella misma y se convence de que tiene un dia por delante para renovar fuerzas. Se despierta varias veces por la noche, asustada ante la idea de que algún día puede que ya no esté a su lado, pero no siente miedo al miedo, le asusta la soledad y el consecuente regalo de la independencia y libertad en pleno. No quiere no sentir, quiere quererle, o quizás no. Está siendo infiel, observa a la traición caminado hacia ella altiva, con sarcasmo, le duele. No hay nadie más. Se está mintiendo. La verdad es bien distinta a la realidad que vive. Los días se hacen duros y se siente cansada. Busca el momento. Se enfada, grita y empieza a odiarle. Odia porque no ha sido capaz de entenderla , no ha sabido quererla, odia por no regalarle la mirada del iluso combativo que lucha en el afilado terreno que corta y hiere. Recuerda que alguien le dijo una vez lo del papel, el folio liso que cuando lo arrugan jamás vuelve a recuperar la belleza de lo nuevo, de lo intacto. Demasiadas arrugas. Demasiado tarde. Pero elle insiste, de nuevo queda noqueada ante el golpe de la realidad. Quizás es ella la ilusa, quizás ya no merece la pena. Ayer se levantó con la palabra concupiscencia en su mente. Buscó el significado. Tendencia a pecar. El subconsciente no falla.