¿MIEDO?

" Nadie dijo que sería fácil", y así, de repente, se vio a si misma, sentada en el sofá con su revista y programa al que era asidua. Dejó que su mirada se relajara en un punto fijo, pero se dio cuenta de que era siempre el mismo. Su vista se nublaba cada vez que intentaba no pensar en el retrato que presida el salón. Eran ellos, en la playa, los dos jugando. Y ahora, se enfrentaba sola. Tenia miedo. Miedo a afrontar la rutina que la había absorvido, a bajar la basura sin nadie más, a poner el lavavajillas sin debatir cual era la mejor ubicación para la sartén, a discutir por el mando de la televisión. Miedo a no sentir ni siquiera el rencor que por momentos brotaba hacia él.

Pero ella sabía que " miedo" era la palabra equivocada. Miraba a su alrededor empujada por la necesidad del cambio, el sofá donde él se sentaba, el cepillo de dientes con los restos de mañanas llenas de instantes agridulces. El paquete de tabaco... ese paquete que tantas discusiones había provocado, el último cigarro en las noches en las que el vino y el ron causaron estragos en esa falsa vida que aparentaban llevar pero que era mentira. No era miedo a la soledad, era pavor al reencuentro consigo misma, a tener que dar la cara de nuevo ante ese ser errante y roto que habia fabricado. Pereza al tener que reconstruirlo, no encontraba el momento, nunca es el momento. Y así, agarró fuertemente las tijeras que tanta vida le habían cortado y rompió el lazo que la unía a esa rutina. El " clac" sonó fuerte mientras ella se decía " esto es una mierda". Y dejó que la mierda se fuera por donde vino para vivir la suya, que, al menos, era propia.