miércoles, 17 de diciembre de 2008

CUENTO DE NAVIDAD: LA CAJERA


En realidad nada tiene que ver con estas fechas, pero es una es una historia tan bonita como real, lejana a las florituras de los cuentos navideños a los que estamos acostumbrados.
Victoria es de esas Juanitas de Arco que no duda en ponerse en pie de guerra si considera que es por una buena causa., tan guerrera como justa. Y justa fue cuando contó algo que me hizo pensar en que tan dedicidos deberíamos de ser para escribir en una hoja de reclamaciones y así destacar la insatisfacción por el servicio prestado, como para felicitar a la persona que nos ha atendido en un determinado comercio por su amabilidad y eficacia.
En un conocido hipermercado cuyo logotipo es una "c" blanca (¿ alguien se dió cuenta de ello?), trabajaba Paula en la caja número dos. Atendía a sus clientes con la sonrisa de quien empieza un nuevo trabajo y mientras pasaba los códigos de barras por la pantalla se veía como la cola de persona sonreían como ella. En contadas ocasiones ocurre lo que les cuento. La costumbre de que nos atiendan con la cara larga hace que personas como Paula brillen con luz propia.
Victoria consideró que ya estaba bien de quejas. Así que con la compra cargada, se dirigió al servicio de atención al cliente y solicitó una hoja de sugerencias. En ella, escribió que gracias a personas como Paula, a consumidoras como ella no les importara recorrer unos kilometros más a fin de comprar en esa gran superficie, que Paula, es una de esas trabajadoras que hacen que el concepto fidelización sea una realidad.
Por lo que tengo entendido, unas semanas después, Paula recibió personalmemte la felicitación del director de zona y del encargado. La han ascendido. Ya no está en caja. Así que lo siento por todos lo que pretendíamos que nos pasara el codígo con ese salero que la caracterizaba.
Victoria recibió una felicitación de Navidad hace poco de Paula en la que le decía " tu también eres especial".
Y es que la Navidad, para mi, es eso.

20 comentarios:

Más claro, agua dijo...

Con gente como Paula, todavía hay esperanza... Pero de la buena, no de la que nos venden envuelta en papel de regalo estos días.

La cajera de mi supermercado, desde el primer día que aparecí por allí (y ya van para doce años) se dirige a mi llamándome "niño" o "corazón" indistintamente. Ni una "supermega oferta especial 10x1" me hará cambiar de establecimiento mientras ella siga en la caja :-)

Marta Arrufat dijo...

Es asi Eduardo,ese tipo de personas que queramos o no forman parte de nuestra rutina se merecen siempre una sonrisa y que siempre estemo ahi. Te hacen la vida más fácil!. Un beso

Anónimo dijo...

Por desgracia estamos acostumbrados a quejarnos, pero no agradecer, o mejor dicho, sí agradecemos pero cuando lo hacemos no dejamos constancia de ello, todo lo contrario que cuando manifestamos nuestra disconformidad o formulamos nuestra queja.

De todos modos ese tipo de gestos nacen de dentro, son espontáneos y no se pueden forzar, así que la gente como Paula se muestra así porque es así y no porque la asciendan....a los trepas se les nota la sonrisa fingida....o no?

Marta Arrufat dijo...

Sonia,
claro que si, se iba a imaginar la cajera que Victoria iba a comunicarlo al servicio de atención al cliente?
ni soñarlo, estamos tan habituados a la queja que cuando felicitamos ocurren estas cosas. Lo bonito es eso, gente desintersada que le gusta trabajar y te lo hacen notar porque son así. Un beso

Belén dijo...

Jo, pues ojalá haya mas Paulas en las cajas de c...

Besicos

Anónimo dijo...

En general siempre tenemos más facilidad para criticar cuando alguna cosa no nos parece bien que no para alabar a alguien por el trabajo bien hecho... extraña naturaleza la nuestra...

Tenia un post preparat de tema`tica bastant semblant al teu... m'esperaré una mica a publicar-lo perquè no m'acusis de plagio inspiracional... :-p

Marta Arrufat dijo...

Joan, publica- ho ja! que dius de plagio.. vinga i avant!

Anónimo dijo...

cheeee
Tinc més articles...

Coro dijo...

Personas como Paula son como perlas valiosas... si encontramos una hay que cuidarla (amistad, pareja, pariente, vecin@, lo que sea) y aprender de ella... a ser mejores personas.

Y ¡este blog es especial!
Felicidades.

Landahlauts dijo...

Yo no había visto nunca la "C", me la mostró un día mi hija y no salí de mi asombro. Yo veía un avión... no te cuento más.

Es muy agradable encontrar alguien así en un puesto de trabajo que tiene atención al público. Hay que reconocer que a veces somos difíciles y (como dice mi madre) cada uno es de su padre y de su madre... y ocho horas aguantando eso... se debe de hacer difícil poner buena cara a todas.

Una buena iniciativa esa de felicitar a la gente que lo hace bien.

Saludos

(mucho mejor con ese color)

Raúl dijo...

Me ha recordado a la figura de la cajera de "la educación delas hadas". La navidad, como todo, reside únicamente en los detalles, vecina.

Juan de Lobos dijo...

Uno nunca sabe el valor de una sonrisa hasta que desea hacerlo y no puede, cuando uno pide a gritos una y no la encuentra.
Bien por este relato que nos compartes o por las sonrisas que nos arrancaste a tus lectores al leerlo. Gracias y aullidos para ti.

JOHNNYBGOOD dijo...

Tendrías que conocer a la cajera destroyer de debajo de mi casa. Me ha debido romper una docena de huevos este año, ¿será algo personal?... Tendré que preguntar al resto de clientes, claro que nunca se me ocurriría pedir hoja de reclamaciones. Pagándole 790 euros y viviendo sola aún está poco tensa. Victoria es una inadaptada encjaría bien en mi BLOG.

Caracola Light dijo...

Llevas muhca razón. Tantas caras largas.... Yo soy especial?

Marta Arrufat dijo...

Coro, asi es! muchisimas gracias por tus palabras, eso intento y gracias a personas como tu!


Landa, yo pensaba que era otra cosa, y si, es un c como un catedral! pero hay que que fijarse bien. Por otra parte, estoy de acuerdo contigo, tampoco cuesta tanto felicitar cuando alguien se lo merece, tendemos siempre a mirar el lado negativo sobre todo cuando es cara al público y no dejamos de tener razón, probablemente, pero al revés también habría que compensar. Y gracias por la sugerencia, como ves, te hice caso.

Juan de Lobos,
asi es, y es más importante de lo que pensamos! una sonrisa no cuesta nada, es un tesoro...y un aullido, por qué no?

Johnnybgood,
jajaja, Victoria es una inadaptada porque es de las personas más espciales que conozco, le lei lo que dijiste y le encantó, pasaré por tu blog a ver si se adapta, intuyo que si! Gracias! Por cierto.. a la cajera destroyer, invitalá a casa a una buena tortilla y si de es patata.. pues mejor!

Soportándome,
me lo preguntas? si, rotundo, seguro que si..

Marta Arrufat dijo...

Belén,

si que las hay, solo que no siemprre tenemos la suerte de toparnos con una de ellas. Besicos reina

Raul,
como te gusta esa peli, eh? jajaja, saludos cordiales apreciado vecino

SANTIAGO LIBERAL dijo...

cuesta poco dar una sonrisa a la gente.
Un placer conocerte y desearte Feliz Navidad

MediaBaldosa dijo...

Me ha encantado esta historia...sobre todo porque yo soy de las que no tiene reparo en pedir el libro de reclamaciones, sin embargo, nunca se me había ocurrido utilizarlo para felicitar por el buen servicio. Me parece una idea excelente. Ya te diré cuando la ponga en práctica.

marsb dijo...

Que bueno es reflexionar sobre estas cosas. A veces se nos olvida lo importante que es una sonrisa. Y es que la vida es más bonita con una sonrisa...

marsb dijo...
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