viernes, 5 de septiembre de 2008

DE MADRES Y MÓVILES


Ayer me contaron una anécdota graciosa a la par que tierna. La cuestión trata de las nuevas tecnologías y nuestros padres. Esa generación que vivió momentos que hoy leemos en los libros de historia con la misma lejanía que la revolución bolchevique. Es evidente y pese a que no es recomendable generalizar, me atrevo a decir que un gran porcentaje de nuestros familiares, y me refiero a los más grandes que no más viejos porque no sería cierto, desconocen por ejemplo la palabra megas, cookies, bluetooth y un largo número de nombres extraños que se han instalado en nuestro diálogo cotidiano. Suelo llamar a mi madre varias veces. Habitualmente suele contestar sin el más mínimo problema. Y digo habitualmente porque hay veces que me tiene en espera y no lo sabe o por ejemplo me retiene la llamada, esto último en demasiadas ocasiones hasta hacerme perder la paciencia. Ayer, me contaron algo relacionado con el móvil que me dije que hoy lo contaria aquí. Paula le compró un móvil a su madre a fin de poder llamar a sus hijas en el momento que lo necesitara. Una vez en casa, se pasó la tarde explicándole el funcionamiento básico del mismo, me imagino a Paula hablando pausadamente - mira mamá, con la tecla verde puedes llamar y contestar y con la roja colgar -Suena sencillo. Bien, Paula prosiguió con las explicaciones, convencida de que su madre había entendido a la perfección las desmotraciones dadas. Al día siguiente, cuando llegó a casa y le preguntó cómo iba con el tema, ella le dijo que bien. - ¿ Dónde está el teléfono mamá?- pregunta- encima de la mesa del comedor, hija-. Desde la cocina se oyó la imparable carcajada de Paula. Y es que Doña Carmen, optó por la aplicación del método tradicional a la tecnología de tercera generación. A todos nos hubiera dado la risa si decubrimos que nuestra madre ha pegado con celo en la carcasa del móvil, detrás concretamente, un papel con todos los teléfonos de sus hijas. Gracioso, si, pero tierno. Veremos cómo nos apañamos nosotros cuando nuestros retoños nos expliquen la comunicación via telepática con conexión ultratemporal mediante holograma. Por ejemplo.

6 comentarios:

Más claro, agua dijo...

La pobre mujer actuó con una lógica aplastante, claro que sí.

Mi abuela, a sus 95 años, sigue siendo una virtuosa del monólogo grabado en mi contestador. Habla más con él que conmigo. Y no porque yo esté siempre fuera de casa (que también) sino porque le hace gracia que nadie le interrumpa... :-)

Marta Arrufat dijo...

Qué bonita tu abuela Eduardo.

Belén dijo...

jajajajajaj

El otro día mi madre ya me dijo que sabía mandar mensajes, pero yo no he recibido ninguno, vaya usted a saber a quein se los manda...

Besicos

Alejandra dijo...

que ternura... al final nuestros padres y abuelos ya no pueden con la tecnología moderna.

Oye ya está puesta la sexta parte de Naufragio... no te la pierdas.

besos ale

Luna Carmesi dijo...

En realidad es que estamos viviendo una autentica revolucion tecnologica...

Creo que hay ahora moviles muy simples... Si es que optan por productos cda vez mas enrevesados!!

Besicos!

Marta Arrufat dijo...

Belén,
mi madre con descolgar y colgar ya se da con un canto en los dientes, lo de madar mensajes? eso es pura mitología! Bs

Hola Ale,
Más que no pueden yo creo que prefiere lo de toda la vida. hora me paso para ver la sexta parte. Bs

Luna,
lo mejor de todo es que tienen moviles ultra modernos, mucho más que el mio y que evidentemente solo usan un 5%, al fin y al cabo un teléfono es eso, para llamar y contestar.Bs