viernes, 18 de julio de 2008

¿ QUE HAY DE LO MIO?



Las cenas de empresa a veces se convierten en despachos improvisados. Bajo los efectos de esa copita que hay que tomar con el jefe, las palabras pasan a tener un tono atrevido y las manos se golpean en las espaldas, todo bajo el efecto " compañero del buen rollo". Son divertidas y cínicas. Hablas con el compañero que ni siquiera has visto más de dos veces en tu vida pero que lleva quizás más tiempo que tú en la empresa, descubres nuevos talentos en la pista de baile, te sorprenden los que considerabas sosos o poco interesantes y acabas sumergiéndote en el ambiente. Ya se sabe, si no puedes con el enemigo, únete a a él. Los casados y bien casados aprovechan esa noche como si fuera la última para acabar con la barra libre, tirarle los tejos a la dierctiva que está buenorra mientras al mismo tiempo, y con ojos recelosos , vigilan los pasos que van dando los altos mandos a fin de acercarse sigilosamente. Lo de la directiva era la excusa perfecta. Se acercan con el gin-tonic en mano, cualquier excusa es buena para entablar convesación- ha estado muy bien la cena, ¿no?- si le respondo "no" quedo como una impertinente y reprimida , me contengo, pues sé que después de mí ya toca entrarle al pez gordo que está detrás. Estoy siendo utilizada a modo de conversación, entonces se me ocurre.... - disculpa, tengo que hablar con el jefe- . Su cara pasa a ser de una falsa amabilidad a cierto desprecio, le había arrebatado su momento, su minuto de gloria, pero no me importa, solo le pedí fuego. No soporto a los lapas que van pasados de copas y aspiran a un puesto mejor mediante la tradicional cena de empresa. Tengo un enemigo más, es probable, pero lo que me divertí esa noche es digno de mención. Por suspuesto, él alcanzó su objetivo y yo el mio, reirme y darme cuenta de que el ser humano es una versión barata de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Al día siguiente , la mayoría dejaron de sonreir para ser igual que siempre. Lástima que la noche de las mil sonrisas sólo se de una vez al año. Es facíl ser amable, es fácil sonreir en el trabajo. Solicitaré mediante comunicación interna unas cuantas barritas de all-bran, quizás sea sólo eso.

4 comentarios:

Luna Carmesi dijo...

Aqui las cenas de empresa las organizamos nosotros... Primera premisa sin jefes... No hay peloteos, pero si mucha fiesta!

:-)

Marta Arrufat dijo...

Eso está muy bien Luna, pero la cena la pagan ellos, así que digo yo que tendrán que estar. Es más, a mi me parece genial que estén, pues también tienen derecho a pasar una noche de fiestuqui como el resto, los que quizás " sobran" son los pelotas borrachines, los que siempre acaban haciendo el ridiculo. Pasaló bien. Buen fin de semana.

Más claro, agua dijo...

De estas situaciones, lo que más me gusta es ver la cara de los "pasados" al día siguiente, cuando tienen la seguridad de tener que pedir disculpas pero no saben ni a quién ni por qué :-)

Marta Arrufat dijo...

Ya te digo Eduardo, o piden disculpas o mandan un e- mail para ello d ela verguenza que tienen.